Rosa Ruiz García acumula muchos años como voluntaria en AMIF (Personas con discapacidad física Villena y Comarca) desarrollando actividades de educación física para las personas beneficiarias de esta asociación alicantina. “A mí el voluntariado me ha hecho crecer como persona y restar importancia a otras cosas”.
Muchas personas, a pesar de sus diferencias sociales o políticas, están siempre de acuerdo en algo: realizar un voluntariado les cambió la vida, para siempre. Ya sea luchando por los derechos humanos, trabajando con jóvenes o cuidando el medioambiente. Ser voluntari@ marca un antes y un después, cambia la perspectiva y se desarrolla un crecimiento personal único.
Todo ello se puede ver en el ejemplo de Rosa Ruiz García, una voluntaria de AMIF (Personas con discapacidad física Villena y Comarca. Alicante) que está convencida de los beneficios que ha tenido en su vida desde que comenzó a colaborar con esta organización alicantina. “A mí me ha hecho crecer como persona, ser más humilde y tener los pies sobre la tierra así como restar importancia a otras cosas”, afirma Rosa.
Como experta en educación física, trabaja con personas con discapacidad física realizando estiramientos o caminatas al aire libre, entre otras muchas dinámicas. “Cuando estoy con ellos, se ve la vida de otra forma, más sencilla. ¡Cómo podemos perder el tiempo con tonterías!”, exclama Rosa mientras no para de deshacerse en elogios hacia las personas con las que trabaja.
“Me dan tanto, que siempre digo: recibo más de lo que puedo dar. Incluso cuando tengo un día malo, ellos son un bálsamo”, prosigue Rosa. “Son todo cariño. Y ahora con el covid, se controlan… pero sacan el codo para tocarme un mínimo”, se ríe Ruiz.
Y, además, hay crecimiento personal. “A los adolescentes les cambiaría la vida hacer un voluntariado. Se aprende en adaptabilidad, las ganas de trabajar cambian, se logra mayor empatía…”, continúa Rosa. “Cuando realizas un voluntariado, se nota a la hora de trabajar en una empresa. Por eso la creación de Reconoce es tan importante y necesaria”.
Recordando la pandemia
“Este año ha sido complicado, hasta hemos llegado a estar parados en algunos sentidos, pero uno se tiene que reinventar con esta situación”. Como todas las organizaciones y asociaciones, AMIF también se ha esforzado por adaptarse a las limitaciones surgidas a raíz de la pandemia y los confinamientos.
“Aunque los fines de semanas hemos podido realizar marchas y caminatas, la presencia de las nuevas herramientas digitales han sido clave en esta nueva era”, indica Rosa sobre el año 2020. “En muchas ocasiones hemos grabado vídeos con estiramientos, con escobas o cinturones, o propuestas de distintas actividades para realizar en casa”.
Y a pesar de que garanticen todas las medidas de seguridad, algunos familiares de las personas beneficiarias tienen algo de miedo. “Después del confinamiento de mayo, no todo ha vuelto a ser igual”. Pero no parece que esto a Rosa le preocupe. Ella ya ha aprendido a adaptarse y a tirar hacia adelante con las mismas ganas de seguir trabajando.