Núria Campi García, coordinadora en la Escola Mirall (Maristas), lleva más de cuatro años organizando los cursos con los monitores al tiempo que coordina a todo el voluntariado del centro. Para la celebración del Día Internacional del Voluntariado ha escrito esta reflexión sobre lo que ha supuesto la pandemia para el desarrollo de las actividades de su asociación así como del valor del voluntariado.
Este año, como ya sabemos, ha sido muy diferente al que estábamos acostumbrados. Las actividades que estaban programadas a inicio de curso se han visto afectadas por la pandemia y la comunidad educativa -así como la sociedad en general-nos hemos tenido que adaptar y reinventarnos delante de esta nueva situación.
En un inicio, allá por marzo, recuerdo cuando todos nos pensábamos que el confinamiento sería algo temporal. Aún así nuestros voluntarios de los movimientos juveniles Maristas se las idearon para que, aunque en teoría fuera por poco tiempo, el tiempo libre educativo llegase a las casas mediante juegos, dinámicas, reflexiones, retos… Los niños estaban casi empachados ya de tantas cosas. Después ya vimos que este formato online había venido para quedarse. Gracias a las nuevas tecnologías hemos podido estar conectados y seguir educando desde la distancia. Todos nos hemos puesto las pilas y ahora somos expertos en materia digital.
La verdad es que es duro estar gestionando permanentemente con la incertidumbre de no saber, ir a veces a ciegas porque te van cambiando las leyes. ¡Nunca antes habíamos leído y analizado tantos decretos!
En mayo, aquí en Cataluña, ya se empezó a trabajar cómo organizar los programas de tiempo libre en verano, como los casales, campamentos o colonias. Por entonces el verano lo sentíamos lejísimos, pero ya nos pusimos a trabajar para garantizar estos proyectos.
Para poder garantizar la salud y el bienestar de nuestros niños y niñas, sus familias y todos los monitores y monitoras, los esplais y scouts maristas optaron por realizar actividades adaptadas a los tiempos actuales (un encuentro de un día para concluir el curso), una excursión por la montaña, con los casales de verano de las escuelas… La verdad es que hubo mucho pavor de poder garantizar las medidas de seguridad y, por eso, al final, no hicieron muchas pernoctaciones o actividades grandes.
Ser voluntaria o cómo lograr competencias fundamentales
Y es que ser voluntaria es un extra, una forma de ser, una personalidad. Una persona que es así, siempre se relaciona con este plus que incluye aspectos tan importantes como compartir, el trabajo en equipo, la relación con terceras personas, que trabajar en común es mejor para conseguir algo; el saber estar; la comunicación y la relación con otros, respetar la palabra, dar ejemplo y aprender de otros…
Todo ello está muy relacionado con lo que las empresas buscan. Si has estado en un equipo de monitores, con todo lo que implica (la responsabilidad, la organización, el diseño de las actividades) seguro que se valora más que otros aspectos de tu curriculum. Puedes ser muy bueno de lo tuyo, pero si no sabes relacionarte con los demás o ser asertivo…
Defendemos que el tiempo libre educativo es un espacio de crecimiento personal donde se tejen vínculos con los demás, transforma al entorno y al propio niño y niña. Por eso es importante que podamos continuar impulsando este espacio educativo tan importante que proporciona unas competencias que se llevarán en su mochila a lo largo de toda la vida.